Siento pena por la gente
que mira sin ver,
y no ve la realidad.
Dónde hay limpio cariño,
sincera y sana amistad,
obcecada por los celos,
pretende ver suciedad.
No hay maldad que se vea,
esa solamente está
en los ojos de quien mira
y quiere ver más allá
de la latente verdad.
Distorsiona a su antojo
sinceridad y mentira,
y critica sin pensar
que la verdad permanece
y el dolor le es devuelto,
a quién sólo pura envidia,
lo lleva a querer dañar.
. aris .
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