Te di mis poemas
tristes, somnolientos,
o aquellos otros de atardeceres nuestros.
Te envié tiernas cartas cubiertas de besos,
noches en vela envueltas en misterio.
Te adoré mucho; demasiado, creo,
para recibir olvido, nunca un 'te quiero'.
Te llamé mil veces a voces, en silencio.
Eco retornado solitario, gimiendo.
Compartí mis labios con los tuyos, acariciados;
con llagas y heridas fueron abandonados.
Mis manos, con cuidado, de caricias te colmaron;
se rompieron en pedazos al ver mis sueños robados.
Y tú dices qué amas.
Pues dime tú a quién has amado,
para dejarte el corazón así de despechado.
. anonimo . - ( Cortesía by Mos ) -
No hay comentarios:
Publicar un comentario